domingo, 10 de marzo de 2024

... Crónica de un día

 



Crónica de un día

 (destellos al amanecer)

Han pasado veinte años.

Madrid, jueves 11 de Marzo de 2004
Hoy, mi primera cita de trabajo es a las 6:30 de la mañana, en la calle Gral. Moscardó. A esas horas apenas hay gente por la calle.
(Debo aclarar que los horarios los voy anotando en mi hoja de trabajo, es la norma)
Concluida mi primera cita, me encuentro en la parada del bus, de la calle Raimundo Fernández Villaverde, junto al Corte Inglés de Castellana. Estoy contemplando ese precioso instante que no se distingue, que luz tiene más intensidad, si la natural o la artificial. El día aparece claro con una luna blanca ya casi de color de nube. El autobús no termina de llegar. Estoy mirando mi reloj las 7:37 , a la vez, casi imperceptible una especie de relámpago, las personas que hay en la parada del bus nos miramos como interrogándonos, pero no nos decimos nada. Minutos más tarde llega el autobús, me dirijo a la calle Isaac Peral (Moncloa).
He llegado a otro centro de trabajo. Al responsable de dicho centro le llaman por teléfono a ver si ha llegado bien, porque ha habido un atentado en el camino que debía efectuar. Pone la radio, dicen que ha habido una explosión en Atocha y hay una persona muerta. Inmediatamente lo desmienten son las 8:10.
Sigo mi ruta, el autobús lleva la radio puesta y va contando y desmintiendo, casi a la vez. Me dirijo ahora a la calle Princesa, cerca de Plaza España, son las 8:50 y llego a otro punto de trabajo. Tengo una llamada a mi movil personal, es mi hijo mayor, quiere saber donde estoy, como estoy, porque dicen que están explotando bombas en la estación de Atocha, y es una zona que frecuento como tantas otras. Le digo que estoy bien, y que hoy solamente utilizaré el autobús. Mientras, comienzan a sonar sirenas, la calle va casi exclusivamente ocupada por vehículos de emergencia escoltados por policía en moto, van también coches fúnebres.
Mi hermano trabaja cerca de donde estoy, y una vez terminada mi tarea en el centro de Princesa, decido ir a verlo. Está bien. Comentamos un poco qué es lo que estará pasando. Un vecino nos dice que acaban de decir en la radio que hay más de cuarenta muertos.
Son casi las 9:20 y mi siguiente visita es en la calle Gran Vía. La trabajadora del centro no ha llegado, está retenida en Atocha, aunque está bien y ha podido comunicar por teléfono.
Mientras en mi móvil privado salen llamadas y mensajes pero no puedo devolverlos, mi otro móvil del trabajo tampoco va, es más, no me llegan ni los avisos de las llamadas. Son las 10:15.
Voy hacia Sol, mi siguiente visita de trabajo, cuando entro en la zona mi emotividad, ya trastocada, se convierte en lágrimas. Hay infinidad de gente en filas distintas y larguísimas, son donantes de sangre en espera de subir a la unidad movil, que siempre está en Sol, las colas están clasificadas por grupo sanguíneo.
Sigo mi trabajo, uno de los jefes-clientes me ve llegar y me da su móvil, dice que es mi jefe que me está llamando, quiere saber de mí, dónde estoy, cómo estoy, porque lleva rato intentando comunicarse conmigo. Al poco tiempo mis dos móviles ya funcionan de nuevo.
Casi al momento consigo hablar con mi otro hijo, está en casa, hay huelga de estudiantes, me dice que está viendo los informativos y que van más de cien muertos, y siento y percibo de los demás que se nos aprieta el corazón. También me dice que me está llamando la familia, y que no pueden comunicarse conmigo, intento devolver algunas llamadas, y después ambos teléfonos se bloquean casi hasta la noche.
Son las 11:00 salgo de nuevo a la calle, en Sol hay muchísima más gente en las colas de donantes, la policía informa que están llegando autocares para trasladar donantes a los hospitales. Me acerco a donar pero hoy mi sangre tiene anemia, no puedo donar, soy donante, y hoy precisamente no puedo, qué mal.
Cuando, de nuevo cojo el autobús hasta Cibeles, sigue el mismo tráfico de vehículos de emergencia. La gente está asustada, hay gente que no ha llegado a sus trabajos, y no los localizan, sus móviles no van, no funcionan la mayoría de los teléfonos.
Sigue transcurriendo el día, cada información, por radio, supone más muertes, más horror. Todos los autobuses que cojo, llevan la radio puesta.
Estoy en la calle Arturo Soria 335, es la una del medio día, aquí no hay tráfico de sirenas, pero la gente va igual de asustada y muchos con lágrimas, lágrimas calladas.
Llega la tarde, que sigue con aumento de muertes. Son las 17:15 estoy en Castellana-Colón a la cita de trabajo que pondrá fin a mi jornada de hoy.
A las 19:45 llego a casa, y me quedo pegada a la tele, aún más horrorizada al contemplar las imágenes.
A las 23:04 suena mi movil, es un amigo, quiere al menos que conteste al teléfono, porque lo estuvo intentando durante todo el día, y a mi se me quiebra la voz, él lo percibe, e intenta tranquilizarme, dice que no está en nuestra mano, que es algo que corresponde solucionar a los políticos.
Sólo ya quiero dormir, necesito dormir...


El día siguiente, tenemos conocimiento de que cuatro personas relacionadas con mi trabajo, han muerto.
Al día siguiente acudo a la manifestación.
Al día siguiente, ya nada podrá ser lo mismo.,

viernes, 8 de marzo de 2024

... s o y











 ... naturalidad, sencillamente persona ...

♡  ♡  ♡   i g u a l d a d   ♡  ♡  ♡

... por derecho de vida ...

... sin fanatismos ...


_ s o y _
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... el día que salí a perseguir un sueño,
un sueño en tiempos difíciles,
me encontré con doña tolerancia
acompañando a quien elige ser mujer-florero.
íbamos en la misma dirección
línea dos de metro
estación de Sol.
veía la oscuridad tunelada
pasando fugaz.
veía la vida del tiempo,
el tiempo tiene su propia vida
veía los sueños del tiempo en su propia vida;
entretenidos, dispersos, auscultadores,
en busca de armonía,
de todas esas sonrisas prometidas y debidas.
veía la vida despreocupada,
la vida desatenta,
la vida privada de esperanza.
el tiempo de la vida, para la vida muerta.
las vidas fenecen y el tiempo
el tiempo se queda ...
........................
colisiones _isaPetricor_


jueves, 7 de marzo de 2024

martes, 5 de marzo de 2024

domingo, 3 de marzo de 2024

... Los indiferentes

 

... así están, cada uno en su orilla,
sin odiarse, sin amarse, ajenos, vacíos ...
(mario benedetti)
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