Aunque haya pasado lo que ha pasado,
aunque te hayas ido,
nada cambia,
No importa que pasen meses o años.
Cuando quieras que volvamos a hablar
solo tienes que decirlo
porque yo siempre voy a estar. _ dan _
... tan fácil como descorrer una cortina
y dejar pasar la claridad ...
_ isaPetricor _
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... en tiempos modernos ...
(...) En tiempos modernos. Esa conducta en la que alguien desaparece de nuestra vida de la noche a la mañana sin dar explicación. No sabemos muy bien qué ha pasado. Sin embargo, de un día para otro hay vacíos, silencios que parecen eternos s para proceder más tarde al abandono definitivo
El fantasma suave o el semi-ghosting, es un fenómeno cada vez más común en una sociedad donde las relaciones son a menudo muy frágiles y poco duraderas.
Quienes aplican las técnicas del ghosting o semi-ghosting no son conscientes de ello y no lo hacen con intención dañina. Es decir, cada vez se normaliza más el dejar una relación sin dar explicaciones. Además, el hecho de que no haya consciencia del daño generado revela la cultura emocional e interpersonal tan anémica que impera en la actualidad.
Cuando una persona inicia este tipo de comportamientos basados en el distanciamiento y el desinterés, es necesario preguntarles la razón. Puede darse el caso de que estén lidiando con algún problema. A veces, hay quien maneja sus angustias, problemas y preocupaciones estableciendo distancia de los demás. Siempre es adecuado tener un “por qué” antes llegar a una conclusión precipitada.
Ahora bien, en buena parte de los casos, el semi-ghosting responde a una estrategia inmadura de afrontamiento. Cuando se pierde el interés por alguien, no siempre se tienen las adecuadas habilidades sociales y la inteligencia emocional para expresar la verdad. El recurso más rápido y fácil es dejar el contacto de un día para otro, o hacerlo de manera gradual.
Poco a poco, tomamos conciencia de que cada vez que compartimos tiempo con esa persona, nos sentimos peor. Las dinámicas son tan superficiales y falsas que nos vamos con una impronta emocional de gran frialdad.
Antes o después seremos nosotros (y no ellos) quienes decidamos dejar esa amistad o relación de pareja. El malestar, la desilusión y el vacío emocional será tan inmensos que lo más acertado será terminar con dicha persona.
Será de obligado cumplimiento transitar por un duelo, ese en el que aceptar lo sucedido y también, deshacer el nudo de la desilusión.
En una realidad dominada por los vínculos frágiles es casi obligado habilitarnos en esta aptitud. Aunque, eso sí, el amor y la amistad siempre valdrán la pena.
La buena noticia es que hay personas, la mayoría, que sí se comprometen y que cuidan aquello que quieren (...)
fragmentos _ Valeria Sabater _ Psicóloga.
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